Uno de los mayores aciertos de ‘Los 4 Fantásticos: Primeros pasos’ tiene que ver con Reed Richards. El personaje de Pedro Pascal es más humano que en las películas anteriores

El Universo Cinematográfico de Marvel ha dado un paso importante en ‘Los 4 Fantásticos: Primeros pasos’, no solo al presentar una versión más madura y unida del grupo, sino también al dar con una representación más fiel y compleja de cada uno de los protagonistas. De hecho, el dibujo en concreto de Reed Richards va mucho más allá de las distintas adaptaciones cinematográficas del personaje que ya habíamos visto y que se quedaban más bien en la superficie.

Hasta ahora, el intelecto de Richards había sido una mera herramienta narrativa, pero en la nueva película de Marvel, el superhéroe al que interpreta Pedro Pascal también tiene un conflicto interno por este mismo rasgo.

A partir de aquí habrá spoilers de ‘Los 4 Fantásticos: Primeros pasos’, así que mejor mantenerse a salvo de ellos si aún no habéis visto la película.

A diferencia de las versiones anteriores, que se limitaban a mostrarlo como el “cerebro” del equipo, el nuevo Reed Richards de la película de Matt Shakman tiene una presencia emocional mucho mayor. Sí, sigue siendo el hombre más inteligente del mundo, pero también un personaje lleno de inseguridades, defectos y una lógica que no siempre encaja con lo humano. Y en ese aspecto, ‘Primeros Pasos’ encuentra un camino a seguir muy acertado.

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La película coloca a Richards en una situación imposible: salvar a la Tierra del inminente ataque de Galactus entregando a su propio hijo, Franklin. Y en ese dilema, el UCM por fin muestra algo que en los cómics se había trabajado durante años. Porque la lógica extrema que sigue Mister Fantástico puede ser tan peligrosa como la que pueda tener cualquier villano. Su frialdad, su desconexión emocional y su necesidad de tener siempre un plan le alejan a menudo de aquellos a los que más quiere.

Y este conflicto interno no solo enriquece la película, sino que redefine cómo el público puede llegar a conectar con un personaje que, en otras manos, podría parecer más distante o menos humano. Aquí, Reed Richards no solo es brillante, también es profundamente trágico y humano, y eso le hace alguien fascinante.

Ser tan inteligente tiene un precio

En una de las escenas clave tras su primer encuentro con Silver Surfer, Reed Richards propone entregar a su hijo como la única solución lógica para salvar el planeta. Es una idea que podría haber salido de la boca de un villano, pero no viene desde la maldad, sino de un razonamiento puramente matemático. Y es justo eso lo que más enfurece a Sue Storm (Vanessa Kirby), que no solo rechaza la propuesta, sino que pone en duda la humanidad de su esposo.

Esta secuencia sirve como espejo del conflicto clásico de Reed en los cómics, donde pone por encima encontrar una solución al problema antes de pensar en el daño emocional que puede causar. “Hay algo mal en mí, siempre lo ha habido”, le confiesa, de hecho, más tarde a su hijo. Ese momento de vulnerabilidad no es solo conmovedor, también es revelador, porque por primera vez, el personaje reconoce este defecto y se enfrenta a él sin esconderse.

De todos los elementos que me han parecido más fascinantes de ‘Primeros pasos’, uno de los más emocionantes es la manera de rendir homenaje a las raíces de Reed Richards y de humanizarle. Al mostrar a un héroe tan brillante como imperfecto a nivel emocional, la película nos recuerda que incluso los genios más poderosos pueden tener defectos.

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Uno de los mayores aciertos de ‘Los 4 Fantásticos: Primeros pasos’ tiene que ver con Reed Richards. El personaje de Pedro Pascal es más humano que en las películas anteriores

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Belén Prieto

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