TERRA 95.5 FM Las Terrenas | República Dominicana
Si con frecuencia te ocurre que te sientes demasiado lleno como para que te entre un bocado más, pero cuando llega el momento del postre ese espacio se hace mágicamente, te mostramos cuál es la explicación científica por la cual siempre tienes hueco para el postre.
Con frecuencia, evitar la ingesta de dulces cuando estamos verdaderamente saciados tiene más que ver con nuestra fuerza de voluntad y nuestros hábitos o costumbres previa,s que con decisiones internas de nuestro organismo.
La ciencia ha demostrado de diferentes formas por qué siempre tenemos espacio para consumir un dulce o un postre, aunque estemos verdaderamente saciados.
En primer lugar, debemos saber que en nuestro organismo existe algo así como una saciedad sensorial específica o saciedad sensoroespecífica, que explica por qué podemos seguir comiendo cuando ya estamos llenos.
Ya en 1981 se determinó la presencia de esta saciedad sensorial específica en humanos y un estudio publicado en NeuroReport señala que en la saciedad son determinante las características de los alimentos que estimulan nuestros sentidos. Es decir, que cuando estamos verdaderamente llenos pero hay un nuevo plato o un alimento diferente que estimula zonas cerebrales de nuestro cerebro y despierta nuestros sentidos, podemos dar lugar a su ingesta.
Esto explicaría por qué aunque estemos saciados tras ingerir una preparación determinada, cuando llega el postre que tiene un sabor, aroma, aspecto y textura diferente, podemos tener espacio nuevamente en nuestro estómago, y nuestro apetito nuevamente se abre.
Por otro lado, una razón más demostrada por la ciencia por la cual siempre tenemos espacio para el postre (aún cuando nos sentimos verdaderamente saciados) es una especie de «antojo cerebral de azúcar» ocasionado por las llamadas neuronas propiomelanocortina (POMC) que regulan el proceso de hambre y saciedad.
Si bien la hormona POMC es encargada de indicar que estamos llenos y favorecen la saciedad señalando que es momento dejar de comer, cuando estamos llenos cambian de marcha repentinamente y en su lugar pueden provocar los llamados antojos de cosas dulces.
Este mecanismo fue constatado por un estudio publicado en la revista Science que revela exactamente esto que sucede en roedores que fueron alimentados con una comida completa de croquetas para ratón, seguida de una comida blanda para ratón o de un postre azucarado. Los resultados muestran que los que recibieron postres consumieron seis veces más calorías que los que recibieron más comida para ratón.
Lo mismo se investigó en humanos, suministrando a personas una bebida azucarada a través de un tubo y escaneando mediante resonancia magnética los cerebros para ver si se comportaban de manera similar a los roedores. La conclusión es que sí lo hacen, y por esta razón, mediada por hormonas y neuronas podemos tener siempre espacio para el postre.
Asimismo, un estudio publicado en la revista Cell Metabolism en 2019 señala que el azúcar anula las señales de saciedad y debido a su efecto placentero a nivel cerebral puede estimular su ingesta, incluso cuando estamos llenos.
Esto ha sido confirmado en una investigación publicada en 2018 que confirmó que las personas que estaban demasiado llenas para comer más de su plato principal aún dejaban espacio para los dulces.
De igual forma, en una investigación publicada en el «Libro de Aplicaciones Asociadas al Sabor en Productos Alimenticios para la Salud y el Bienestar» se afirma que los alimentos con alto contenido de grasa, azúcar y sal pueden anular señales de sociedad en el cerebro, lo que nos lleva a un consumo continuo a pesar de estar saciados y llenos.
Además de todo lo antes dicho, debemos sumar que las costumbres así como las rutinas aceptadas culturalmente también influyen en el espacio y el hueco que damos al postre, ya que de manera natural los seres humanos estamos habituados a experimentar placer ante el consumo de alimentos dulces pero también, a cerrar una comida con un plato fuente de azúcares o bien, con sabor dulce.
Por todo, la costumbre nos indica que hasta que no consumimos el dulce no damos por finalizada la ingesta de alimentos, y esto se ve más marcado en quienes tienen este ritual más acentuado y lo respetan en el día a día.
La saciedad también es una cuestión cultural, es por ello que quienes acostumbran a consumir postre, sin duda tendrán siempre más espacio para el mismo a pesar de estar saciados.
Estas son las razones científicamente probadas por las cuales siempre tenemos espacio para el postre, aunque estemos verdaderamente llenos.
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Imagen | Foto de portada: Pavel Danilyuk, foto 1: Fidel Fernando, foto 2: Polina Tankilevitch
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La noticia
Siempre tienes hueco para el postre, y no eres el único. La ciencia ha encontrado la explicación
fue publicada originalmente en
Vitónica
por
Gabriela Gottau
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Escrito por Redacción Terra FM
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