Portugal declara la guerra a los nómadas digitales: el intento de atraer talento ha terminado diezmando su población

Portugal supo subirse como pocos a la ola del teletrabajo justo después de la pandemia. Tan pronto como se levantaron las restricciones, el gobierno luso puso en marcha una serie de medidas fiscales para atraer a nómadas digitales con alta capacitación que sirvieran de polo de crecimiento local incentivando el consumo.

Sobre el papel, era un buen plan. El problema es que el mercado local se adaptó a las capacidades económicas de esos nuevos vecinos olvidándose de los paupérrimos salarios y poder adquisitivo de los propios portugueses que no podían permitirse ni alquilar una vivienda. Y pasó lo que tenía que pasar: los jóvenes portugueses están abandonando Portugal.

Nómadas digitales y privilegiados fiscales. En 2022, Portugal introdujo su «visado de nómada digital». Este visado permite a teletrabajadores de países con economías más fuertes. Uno de los pocos requisitos necesarios para obtener este visado era tener unos ingresos laborales de, al menos, cuatro veces el Salario Mínimo Interprofesional de Portugal. Según Portugal News, a partir de enero de 2024 ha subido a 820 euros, dejando el salario para los nómadas digitales en 3.280 euros para acceder al visado de nómada digital en Portugal.

Para incentivar la llegada de nómadas digitales con los bolsillos llenos de dinero, Portugal implantó una serie de ventajas fiscales. Sin embargo, la medida no ha hecho más que hacer más profunda la brecha entre los recién llegados y los habitantes locales que, además de cobrar menos y pagar más por lo bienes, deben pagar más impuestos. Al igual que ha hecho España y otros países europeos, Portugal congeló esta exención fiscal a principios de 2024.

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Fuga de talento portugués. Los esfuerzos por atraer extranjeros a Portugal ha generado un gran daño colateral: ahora Portugal se enfrenta una grave fuga de cerebros entre sus jóvenes. Según datos del Observatorio de la Emigración de Lisboa publicados por Schengen News, el 25% de la población portuguesa vive fuera de Portugal.

Casi el 40% de los jóvenes graduados portugueses emigran cada año en busca de mejores oportunidades laborales, según datos de Business Roundtable Portugal. Vítor Ribeirinho, CEO de KMPG en Portugal declaraba a este medio: «Estamos reduciendo la capacidad para retener a los mejores. El gobierno y todo el mundo tiene que entender que hay que hacer algo con respecto a los jóvenes. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de que comiencen sus carreras en el extranjero». El directivo apuntaba a los salarios como el factor decisivo para frenar la situación.

El motivo: salarios bajos, viviendas caras. El salario mínimo mensual en Portugal es de 820 euros, y el 50% de la población gana menos de 1,000 euros al mes, según Euronews. Algo que corrobora la estimación de salarios promedio en Europa, que sitúa a Portugal a la cola salarial europea, solo por delante de Grecia, Eslovaquia y Hungría. Según datos consolidados de 2021 del Instituto Nacional de Estadística (INE), el salario medio mensual en Portugal es de 1.289,50 euros. Los datos provisionales de 2024, apuntan a una subida salarial media del 4,3% con respecto a 2023, subiendo hasta los 1463 euros, Portugal News.

Por su lado, el precio de los alquileres en Portugal se ha incrementado una media del 10,5% en el último año, según datos de INE. Este incremento en el costo de vida afecta gravemente a los residentes locales, que al no poder acceder a un mercado de vivienda con precios a razonables, intensifica la emigración de jóvenes en busca de mejores condiciones.

Cuadrando el círculo de los nómadas. El gobierno portugués intenta equilibrar la atracción de inversión extranjera y la mejora de las condiciones locales. Fortune publicaba que el primer ministro de Portugal, Joaquim Miranda Sarmento, anunció la reintroducción de ventajas fiscales para extranjeros. Entre esas medidas se buscaba recuperar la tasa impositiva reducida del 20% sobre salarios e ingresos para ciertos trabajos de «alto valor añadido», dejando fuera la exención para dividendos, ganancias de capital y pensiones.

La recuperación de esta exención busca volver a presentar a Portugal como un destino atractivo para los nómadas digitales, navegando en un delicado equilibrio entre atraer extranjeros calificados y cuidar el bienestar de su población local.

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Imagen | Pexels (Ketut Subiyanto, Carolina Matos)

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Rubén Andrés

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