TERRA 95.5 FM Las Terrenas | República Dominicana
Supuestamente, las nominaciones a los Óscar deberían dar interés por ver esas películas que ni siquiera te suenan o que han tenido una distribución más pobre. En su lugar, desde la invención de las redes sociales, la gente se encierra en una pelea absurda basada en «Más vale que gane la que he visto yo» y «Espero que no gane una que no he visto pero me han dicho que es mala». Pero, mientras que en años anteriores estaba más o menos claro el camino hacia la victoria de películas como ‘Nomadland’, ‘El poder del perro’ (que fue vencida por ‘CODA’ en un giro inesperado e injusto) u ‘Oppenheimer’, este año nadie tiene la más lejana idea de lo que va a ocurrir (y quien diga que sí, miente). Y por eso es tan emocionante.
Normalmente, la temporada de premios te da pistas en torno a lo que va a pasar en la gala de los Óscar, pero este año se ha diversificado tanto que es difícil averiguar si ‘Emilia Pérez’, ‘The Brutalist’ o ‘Anora’ se llevarán el premio grande. Hay quien dice que podría haber una sorpresa y que ‘La Sustancia’ o ‘Wicked’ se llevaran el gato al agua, y quien cree que se podría llegar a una solución de consenso que no molestara a nadie. O sea, ‘Cónclave’. Lo que está claro es que las votaciones de este año van a ir mucho más ajustadas de lo que se creía hace unos meses.
En la prensa estadounidense se nos aseguró por activa y por pasiva que la gran favorita y la rival a batir era ‘Anora’, pero el tiempo la ha ido poco a poco relegando a un segundo puesto (a priori), por debajo de otras propuestas que sí se lo han llevado todo pero tienen otro tipo de hándicaps. ‘Emilia Pérez’, por ejemplo, tiene 13 nominaciones, y a priori debería ganar, pero la reacción del público ha sido, siendo generosos, fría: tiene tantas polémicas en su haber, por parte de ambos extremos de la división política, que darle el premio sería llevar la contraria a mucha gente… en una época donde estos premios lo que buscan es todo lo contrario: la concordia y seguir siendo relevantes a la desesperada.
En el otro lado tenemos a ‘The Brutalist’, que es la niña mimada de la crítica, pero realmente el público general no sabe de su existencia. Lo creáis o no, y por mucho que haya ganado premios desde Venecia hasta ahora, una película de tres horas y media sobre la vida de un arquitecto judío, sin importar lo buena que sea, no mueve a las masas. Darle el gran premio es más arriesgado que otorgárselo a una película polemica: es dárselo a una película desconocida, que hará que el público perciba los premios como «elitistas» y bajen la audiencia del año siguiente. Y entonces, ¿qué?
Enfrente tienen otra opción más simple pero muy efectiva: tirar por el blockbuster de calidad. ‘Wicked’, ‘Dune 2’ y, en menor medida, ‘La sustancia’ y ‘Cónclave’ han sido bombazos no solo en taquilla, sino también en redes sociales, donde se han convertido en películas populares e icónicas, lo que en 2025 se traduce en memes constantes. No para reírse de ellas (como ocurre con ‘Emilia Pérez’) sino para celebrar su existencia. Y al fin y al cabo, ¿qué son los Óscar sino una manera de celebrar el cine?
Me encantaría terminar este post llegando a una conclusión, dando una guía y asegurando quién tiene más posibilidades de llevarse el gato al agua, pero sería una boutade. De hecho, cualquiera que asegure fehacientemente que va a ganar una u otra, por experto que sea en los Óscar, se está tirando un triple este año. Más allá del par de películas que con la nominación ya tienen premio suficiente (‘Aún estoy aquí’, ‘Nickel Boys’) todo puede pasar. Incluso que la Academia caiga en su lado más clásico y le de el premio a ‘A Complete Unknown’, que parece manufacturada para ganar el premio: un biopic musical con un actor popular que se ha metamorfoseado con el personaje. Tampoco le extrañaría a nadie, a pesar de haber sobrevolado la temporada de premios sin llevarse absolutamente nada.
Es posible que termines de leer esto con más dudas que antes, y es normal. Algunos dicen que las películas que compiten este año son peores que en los últimos años -como si se nos hubieran olvidado películas inferiores como ‘Maestro’, ‘Ellas hablan’, ‘Avatar: el sentido del agua’, ‘El método Williams’, ‘El callejón de las almas perdidas’ o la misma ‘Coda’-, pero no creo que sea eso lo que está pasando para explicar esta indefinición. Los Óscar llevan varias ceremonias buscando su nuevo camino, invitando a votantes extranjeros, tratando de compaginar la calidad con el éxito, buscando nuevas formas de mantener una industria en decadencia -o sea, el cine- relevante.
Los Óscar no saben (aún) qué tipo de premios quieren ser en este nuevo mundo: los que se atreven a premiar locuras como ‘Todo a la vez en todas partes’, los críticos (flojitos) con el sistema que le dieron la estatuílla a ‘Nomadland’, los que se pirran por «feel-good» movies como ‘CODA’ o los serios que premian la calidad de dramas adultos del nivel de ‘Oppenheimer’. Quizá todas a la vez. Y quizá por eso es tan difícil saber si este año se van a decantar por una obra seria e ignorada por el público con intenciones de definir el siglo XXI o por un musical que ha vuelto loco a TikTok. ¿O quizá por otro musical repleto de polémica?
Dicen en los mentideros de la industria que, ante la duda, lo suyo sería dar el premio a una película con la que todas las facciones de la Academia estuvieran de acuerdo, aún sin ser necesariamente su primera opción. Es decir, ‘Cónclave’: un drama adulto que ha recibido el abrazo del público, se ha hecho viral y ha funcionado en taquilla. Quién sabe. Lo único que está claro, hoy por hoy, es que, salvo goleada clara el 3 de marzo, todos vamos a dudar hasta el último minuto de ceremonia. Y hacía tiempo que eso no pasaba.
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La noticia
Por primera vez en mucho tiempo no sé qué película va a ganar los Oscars. Pero esto lo hace muchísimo más emocionante
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Randy Meeks
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Escrito por Redacción Terra FM
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