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México es uno de los países más cerveceros. No es una apreciación, sino datos: son los cuartos en consumo de cerveza tras China (un auténtico gigante en este sentido), Estados Unidos y Brasil. México supone el 5,2% del consumo mundial de cerveza y, para comparar con otros países, Alemania es el sexto con un 4,1% y España el noveno con un 2,3%. Además, tiene un puesto destacado en el mercado como productor, exportador e importación de cerveza.
De hecho, según los datos, la Modelo Especial es la cerveza más consumida en Estados Unidos, y pertenece a un grupo mexicano. Dentro del mundillo de las cervezas, hay un montón de tipos que dependen de distintos procesos de fermentación, maduración y materias primas, pero por reducirlo muchísimo, hay tres tipos de cerveza: la normal, la sin alcohol y la 0.0.
Y el último informe de Profeco (la Procuraduría Federal del Consumidor del gobierno mexicano) tiene claro que hay una serie de cervezas que no deberían catalogarse como cerveza. Directamente, no existen.
No vamos a entrar en la diferencia de sabor o si se nota en ese sentido cuándo una cerveza es sin alcohol o… normal. Lo que vamos a decir es que es una opción cuando se quiere disfrutar de esta bebida y de sus propiedades, pero no se desea consumir alcohol. Puede ser por voluntad propia, por necesidades médicas o de salud o porque luego vamos a conducir, pero la cerveza sin alcohol es una solución en estos casos.
Europa, por ejemplo, también ha sido tierra de cerveceros tradicionalmente, y estos últimos años se ha impulsado la elaboración de cerveza sin alcohol. De hecho, de 2022 a 2023, su producción aumentó un 13%. Y hay una diferencia sutil, pero fundamental, para entender estas bebidas:
Esto se controla en el proceso de elaboración gracias a diferentes métodos. Por ejemplo, durante la elaboración de la bebida, se controla la temperatura de la fermentación para que la levadura no se desarrolle tanto y se alimente menos de los azúcares de la cebada, por lo que produce menos alcohol. Otra forma es, con la bebida ya elaborada, someterla a un calentamiento que la lleve a ebullición para que el alcohol se evapore, no así el agua.
Para México, sin embargo, el resultado de este proceso no puede llamarse ‘cerveza’. En el último número de la Revista del Consumidor, Profeco expone lo siguiente:
«El contenido alcohólico de la cerveza ca del 2% al 20%, por lo que productos con menos de un 2% de alcohol no pueden utilizar la denominación ‘cerveza’, ya que son bebidas no alcohólicas».
En esto, han sido tajantes y el resultado es que alguna marca tendrá que cambiar su etiqueta. Para el análisis sobre la cerveza, Profeco examinó 19 productos: 12 cervezas bajas en alcohol y 7 bebidas no alcohólicas (ahí ya dejan el matiz de que son ‘bebidas’, no ‘cerveza’). Comprobaron el contenido alcohólico, el contenido energético, los componentes volátiles y el sodio. Y en el informe podemos ver que las que no tienen alcohol no utilizan el término «cerveza», sino “bebida no alcohólica», «bebida de malta no alcohólica» o «bebida sabor malta de trigo, cebada y lúpulo».
Todas… excepto una: la Mahou 0.0 tostada. En la etiqueta se denomina como «cerveza sin alcohol», pero el propio informe marca que la bebida no cumple debido a una información incompleta para el consumidor y a que no puede utilizar la palabra «cerveza» debido a la ausencia de alcohol.
Al margen de esa guerra abierta a la cerveza sin alcohol en México, en el informe también hay un análisis interesante en lo que al contenido en azúcar se refiere. Estas bebidas pueden ser elegidas también si se busca perder peso para reducir el consumo de alcohol. Sin embargo, la cerveza, por sus propios componentes, tiene calorías y, además, Profeco señala que algunas cervezas con poco alcohol (llamadas ahora bebidas no alcohólicas), están cargadas de azúcar.
Aparte de la Mahou 0.0 Tostada, tenemos la Erdinguer Weissbier, la Tecate Cero y la Old Milwakee como el mayor contenido de azúcar. Al final, es cuestión de denominar un producto para que el consumidor tenga mucho más claras las cosas y la etiqueta de dicho producto, por lo que veremos si marcas como Mahou responden a este análisis de Profeco.
De la manera que sea, el auge de la cerveza sin alcohol se ha dado más allá de Europa y, como apuntan nuestros compañeros de Xataka México, en el país beben más cerveza sin alcohol -bebida no alcohólica a base de malta, perdón- un 64% más que en 2015.
Imágenes | Profeco, Koefbac, Jorge Royan
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La noticia
México tiene clara su postura en un asunto de gran trascendencia: la cerveza sin alcohol no debería llamarse «cerveza»
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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Escrito por Redacción Terra FM
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