TERRA 95.5 FM Las Terrenas | República Dominicana
Hace tan solo once años Andreu Buenafuente empezaba su tercer late night estatal tras ‘Buenafuente’ y ‘Buenas noches y Buenafuente’. En este caso era en La Sexta, se titulaba ‘En el aire’ y pretendía no solo innovar en ese tipo de programas, sino también traer gente nueva al mundo de la comedia mainstream, igual que en su día hizo con Berto Romero o Edu Soto. Y uno de los elegidos fue un guionista del programa, un tal Jorge Ponce que pronto pagó cara su inexperiencia ante los comentarios de un público con redes sociales y muy mala baba. Nadie esperaba que, una década después, Ponce acercaría el humor más vanguardista al público general en ‘La Revuelta’. Y a sus 42 años y con las puertas abiertas para hacer lo que quiera desde su propia productora (Encofrados Encofrasa), el cielo es el límite.
Aunque cada día durante los últimos ocho años los espectadores se hayan acostumbrado al estilo de sus secciones en el programa que dirige junto a Ricardo Castella y David Broncano (desde el señor triste de la RAE hasta sus entrevistas por la calle), lo cierto es que dentro de Ponce hay mucho más que un payaso listo. Y la prueba está en ‘Medina: el estafador de famosos’, un true crime entre ‘The Office’ y el humor absurdo de Venga Monjas que, una vez coge tracción, se vuelve tan imprevisible como fantástico.
Reconozco que no pillé de primeras el experimento de Ponce -incluso a sabiendas del juego entre realidad y ficción en el que siempre suele moverse- por la insistencia en que se trataba de un documental de true crime en clave de comedia. La historia (un hombre que ha timado pequeñas cantidades de dinero a todos los famosos de España) es creíble, y, además, el tono que propone no dista tanto de otros documentales donde el cómo se hizo es tan importante como el resultado final y los documentalistas tan importantes como el tema que tratan (al estilo, por ejemplo y salvando las distancias, de ‘Cómo cazar a un monstruo’), así que no es tan fácil suponer que el cómico nos está teniendo una trampa.
A cada persona le hará «click» todo y empezará a ver la realidad del proyecto en un momento u otro. A mí me pasó durante el episodio 3, donde todas las piezas se alinearon, se reveló la verdadera cara del Mago de Oz y ya no pude ver ‘Medina’ de otra manera que como la broma definitiva de Ponce, una continuación natural de su personalidad audiovisual, siempre a caballo entre la inverosimilitud, la risilla y la carcajada a su propia costa. Todo ello en tan solo cinco episodios muy bien llevados, con unos personajes fantásticos y running gags soberbios que funcionan sin descanso y van más allá de la simple parodia. Y es de agradecer.
Es fácil hacer una parodia directa y a doler del mundo de los true crimes. Incluso siendo sutil, como en la increíble ‘American Vandal’, hay tantas maneras de reírse de los modos y maneras del género que es casi imposible resistirse una vez te pones a desmontarlo. Sin embargo, ‘Medina’ hace algo muy inteligente: llevarlo a su terreno. En lugar de mofarse y señalar con el dedo a series como ‘Making a murderer’ o ‘A los gatos ni tocarlos’, aquí lo transforma y lo vuelve propio en una auténtica fantasía de detectives inútiles, famosos sueltos por las calles, retratos hechos por IA, personas con la cara pixelada y llamadas a Prime Video donde las cosas no salen siempre bien.
La incomodidad que pone a Ponce en el centro de la diana, al estilo Michael Scott, es otra de las claves de ‘Medina’, un humor meta (al fin y al cabo, es un true crime sobre cómo se hace un true crime) basado en el cringe que recuerda en ocasiones al mismo regusto que pueden dejar ‘I think you should leave’ o incluso momentos concretos de ‘El show de Eric Andre’, donde nadie, ni tan siquiera los propios personajes, saben reaccionar a las excentricidades de su protagonista e hilo conductor. A ratos, el documental de Prime Video pierde un poco el control y acaba exagerando en demasía buscando momentos de humor lo más incómodos posibles, pero no es nada grave que pueda llegar a molestar.
Sí es cierto que se trata de una serie de nicho. Concretamente, del nicho que ha disfrutado de las apariciones de Ponce en ‘La Resistencia’ y ‘La Revuelta’, rompiendo la cuarta pared, dando giro sobre giro a sus propuestas iniciales y siempre buscando un golpe de efecto que lleve el sketch al éxito desbordante o al fracaso definitivo, sin mucho término medio. Si hace falta gastar un dineral y firmar mil permisos para hacer una broma en Callao en la que Ponce se casa con un bolardo de Gran Vía, se hace. Lo inesperado por bandera. Que te haga gracia es secundario.
Muchos huirán de ‘Medina’ cuando descubran qué se esconde tras el escenario, o al notar que no entran en el estilo, entre lo estúpido y lo brillante, de su alma máter. Y ojo, porque es normal y hasta lógico, porque al fin y al cabo se trata de un producto imperfecto. Lo que no quita para que sea, al mismo tiempo, siempre sorprendente, incómodo, inesperado, fabricado a medida de Jorge Ponce y su modus operandi: llevar hasta las últimas consecuencias el chiste más tonto del mundo. En el fondo, ‘Medina: el estafador de famosos’ podría haber sido una sección más de ‘La Revuelta’, pero en su lugar se trata de un hilarante autoanálisis no ya del género, sino del estilo de comedia de una persona empeñada en que el mundo comprenda lo gracioso que es deconstruir el humor hasta mostrar sus esquemas más básicos, y construir caminos alternativos en torno a estos esquejes que quedan. No es fácil, pero lo parece. Y ahí, precisamente, está la magia.
En Espinof | Las mejores series de 2024
–
La noticia
‘Medina: el estafador de famosos’ podría ser una gran sección de ‘La Revuelta’, pero Jorge Ponce va mucho más allá deconstruyendo su propio estilo de comedia en Prime Video
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Randy Meeks
.
Escrito por Redacción Terra FM
TERRA 95.5 FM - BY PMEDIALAB