TERRA 95.5 FM Las Terrenas | República Dominicana
Un cuerpo atlético va mucho más allá de tener grandes bíceps y un abdomen definido. La palabra «atlético» implica ese cuerpo fuerte y musculoso, por definición, pero también el hecho de ser un atleta con buenas condiciones físicas: que corre más, que salta más, y que levanta más, como cita el lema olímpico ‘Citius, altius, fortius’. Entrenar el gimnasio con ciertos ejercicios analíticos puede lograr hacernos más fuertes y musculados, pero no lo demás. Así es como debemos entrenar si realmente queremos un cuerpo atlético con todo su significado.
Antes de multiplicar aprendemos a sumar porque la multiplicación es la suma del mismo número varias veces. Lo mismo sucede con el movimiento humano, que para que algo se mueva, otras estructuras deben sujetar lo que no se mueve. Una de las leyes de Tudor Bomba dice que primero estabilizadores y después movilizadores.
Lanzar una jabalina la máxima distancia posible, saltar un listón o correr a la máxima velocidad requiere que unos músculos se contraigan y otros nos estabilicen. El primer paso para ser un atleta es trabajar la estabilidad del core, hombros y rodillas, entre otras estructuras.
El entrenador estadounidense Eric Cressey dice siempre que un vaso más grande caben más cosas. Esta cita hace alusión a que no podemos entrenar algo específico de la fuerza o de un deporte siempre porque llenamos muy pronto el vaso pequeño.
El vaso es el símil de la fuerza, cuanta más fuerza tengamos (un vaso más grande), más potencia podremos desarrollar y mejor nos desenvolveremos en nuestra disciplina. Correr más rápido necesita entrenar esprines, está claro, pero primero tenemos que ganar fuerza levantando pesado para hacer el vaso más grande, y luego podremos centrarnos en llenar ese vaso con trabajo más específico.
En relación con el apartado anterior existe la curva de fuerza-velocidad que entrelaza estas dos cualidades. Esta curva une en una gráfica a la fuerza y a la velocidad, sabiendo que cuánto más pesado sea un objeto lo moveremos más lento, y cuánto menos pesado sea, lo moveremos más velozmente.
Dentro de toda esa curva, entrenaremos en ocasiones más pesado y con menos velocidad, otras veces algo menos pesado y a mayor velocidad y también moveremos una carga a la máxima velocidad con poco peso. Un buen entrenamiento para tener un cuerpo atlético es aquel que utiliza todo tipo de cargas que se mueven a todo tipo de velocidades.
Si entrenamos en el gimnasio con ejercicios analíticos y salimos a correr de vez en cuando está bien, pero está lejos de ser realmente atléticos. Esprintar a la máxima velocidad es algo que puede que ya se te haya olvidado, pero como ya hemos visto anteriormente, implica una de las máximas del atletismo: correr más rápido.
Las sentadillas con barra, el peso muerto convencional o el press de banca con barra son ejercicios espectaculares para ganar fuerza. Sin embargo, la mayoría de saltos y gestos atléticos se realizan con una mano o una pierna: chutamos con una pierna, golpeamos la pelota en tenis (casi siempre) con un brazo y corremos apoyando un pie cada vez.
El trabajo unilateral de fuerza y potencia es indispensable para convertirse en un verdadero atleta. No hablamos de hacer un curl de bíceps alterno, sino de lanzar con un brazo a la máxima potencia o hacer pliometría con una pierna, por ejemplo.
Un atleta entrena 24 horas, no solo cuando está en el gimnasio o en la pista. Dormir entre siete y nueve horas, controlar el estrés, comer adecuadamente y descansar en función de lo que entrenamos es vital para tener un verdadero cuerpo atlético.
Seguramente hayas escuchado a algún atleta que entrena seis horas al día y cosas así. La realidad es que sí, que entre gimnasio, trabajo específico, fisio… puede entrenar todo ese tiempo, pero para llegar hasta ahí comenzó entrenando media hora, tres días a la semana.
Nuestro cuerpo se va adaptando a los estímulos que le damos. Cuando se adapta necesitamos modificar variables, ya sea el volumen, la intensidad o ambos. Esa es la razón por la que el maratoniano Eliud Kipchoge puede hacer en una semana el volumen que tú o yo hacemos en dos meses.
Esos atletas ya están adaptados a esos volúmenes y necesitan ir a más. Nuestro límite puede ser correr 30 kilómetros a la semana, y está perfecto porque es el que nos viene bien. Si nos fijamos en lo que hacen estos atletas de élite y los imitamos nos vamos a frustrar primero y a lesionar después.
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Imágenes | Andre Ouellet (Unsplash), Josh Hemsley (Unsplash), Chuttersnap (Unsplash)
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La noticia
Las siete reglas para construir un «cuerpo atlético»
fue publicada originalmente en
Vitónica
por
Joaquín Vico Plaza
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Escrito por Redacción Terra FM
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