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Cuando los días largos comienzan a acortarse y el calor del verano empieza a dar una tregua, muchos jardines entran en una pausa silenciosa, como si un huracán de pena hubiera pasado por ellos. Pero el final del verano no tiene por qué ser el final del color. Con la elección adecuada de flores, tu jardín puede vestirse de tonos cálidos, intensos y vibrantes que acompañen la transición hacia el otoño con una belleza serena y sofisticada.
Aquí te presentamos cinco flores ideales para plantar en esta época, junto con consejos prácticos sobre su cuidado y ubicación. La promesa concluye en un jardín que siga siendo protagonista hasta que llegue el frío helador del invierno y el final de la floración.
El clásico del otoño, en todo su esplendor. Los crisantemos son las reinas indiscutibles del jardín otoñal. Con una paleta de colores que va desde el blanco puro hasta los rojos encendidos, pasando por ocres y amarillos dorados, son una apuesta segura para mantener la vitalidad del jardín.
Son ideales para bordes, macetas grandes en terrazas, o como punto focal en una zona soleada del jardín. También lucen espectaculares en composiciones junto a calabazas o elementos decorativos de temporada.
Pequeños, delicados y resistentes. Los pensamientos son flores de apariencia frágil pero sorprendentemente resistentes. Su floración puede durar hasta bien entrado el invierno en climas templados, y sus colores —desde morados profundos hasta naranjas brillantes— aportan un toque alegre y nostálgico a cualquier rincón.
Perfectos para jardineras en balcones, caminos de entrada, o combinados con hierbas ornamentales en parterres bajos.
Estrellas lilas del otoño. Los ásteres son plantas perennes que florecen justo cuando muchas otras comienzan a apagarse. Sus flores en forma de margarita, generalmente en tonos púrpura, lavanda y azul, atraen mariposas y aportan un aire silvestre y romántico.
Ideales para bordes mixtos, combinados con gramíneas ornamentales y otras perennes de otoño. También son una excelente opción para atraer polinizadores al jardín.
Belleza suculenta y escultural. El sedum es una planta crasa que florece al final del verano y mantiene su atractivo incluso cuando las temperaturas comienzan a bajar. Sus inflorescencias en tonos rosados y cobrizos se secan elegantemente, añadiendo textura al paisaje invernal.
Lucen espléndidos en jardines de bajo mantenimiento, rocallas o combinados con plantas de follaje grisáceo como la lavanda o la salvia.
El sol en flor. Las caléndulas son flores humildes pero muy decorativas, con tonos que van del amarillo limón al naranja más intenso. Además, sus propiedades medicinales y su capacidad para repeler insectos las hacen doblemente valiosas.
En arriates soleados, en macizos junto a hortalizas (son excelentes compañeras en huertos urbanos), o como bordura colorida.
Fotografías | Unsplash | Gardenia
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La noticia
Estas son las cinco flores que deberías plantar al final del verano para mantener tu jardín bien vistoso durante todo el otoño: cómo cuidarlas y dónde colocarlas
fue publicada originalmente en
Decoesfera
por
María Lancha
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Escrito por Redacción Terra FM
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