TERRA 95.5 FM Las Terrenas | República Dominicana
A menudo los que visitan un parque de atracciones lo hacen en búsqueda de adrenalina, claro que en ningún momento se contempla poner realmente en riesgo la integridad física. Durante casi dos décadas en Estados Unidos, había un parque tan infame que sus historias sugerían exactamente eso.
Abierto en Nueva Jersey en 1978, Action Park fue un lugar donde la búsqueda de adrenalina tenía consecuencias tangibles. De dientes rotos y contusiones a incluso la muerte de algunos jóvenes, el parque dejó pronto de ser cosa de risa, y visitarlo era una mezcla entre imprudencia y puro morbo, con muchas leyendas urbanas que poblaban el lugar.
La razón principal de este desastre tienen nombre y apellido: Eugene Mulvihill. El fundador de Action Park no tenía ni conocimiento ni interés de cómo hacer un buen parque de atracciones. Anteriormente un corredor de bolsa sin muchos escrípulos, creyó encontrar un chollo cuando adquirió los terrenos para una zona de ski en Vernon, y pensó que podría multiplicar sus ingresos si creaba también un lugar de ocio veraniego. Y qué mejor opción que un parque acuático.
El resultado fue un lugar de ocio que estaba hecho desafiando por completo cualquier medida de seguridad razonable. Siguiendo la fría filosofía de Mulvihill de que los niños debían divertirse sin intervención externa, el parque era tremendamente laxo en cuanto al personal de seguridad, con la mayoría de las atracciones corriendo a cargo de los propios visitantes, que podían montarse cuando querían o saltar al agua cuando había gente abajo.
Peor aún, detrás de las atracciones había el mismo poco cuidado. Alpine slide era un descenso con trineos por cemento donde cada visitante tenía una palanca de freno que rara vez funcionaba, y donde a menudo estos se salían de la pista. Otro clásico de los parques acuáticos, una piscina de olas llamada Tidal Wave Pool era igualmente peligrosa, con grandes olas de hasta un metro que desafiaban incluso a los nadadores más experimentados. Se decía que en días de alta afluencia los desentrenados monitores tenían que rescatar a unas 30 personas.
La «joya de la corona» era Cannonball Loop, un gran tobogán acuático que proponía, de algún modo, hacer un loop completo. Incluso esta atracción acabó resultando demasiado para el parque y solo duró un mes hasta que la cerraron las autoridades, algo que solo hicieron tras múltiples quejas y accidentes. Ya que los accidentes no eran suficiente para hundir la reputación, el tema se volvió más serio con la primera muerte confirmada en 1980 después de que un joven de 19 años se golpeara la cabeza con una roca tras descarrilarse su trineo en Alpine slide.
Uno podría pensar que Mulvihill pasó de hecho más tiempo diseñando una forma legal de eludir cualquier responsabilidad legal que haciendo el propio parque. Parte de su receta para el éxito conllevó crear la empresa de seguros ficticia London and World Assurance Limited, establecida en las Islas Caimán (que muchos sospechaban que también valía para lavar dinero) y lo que de cara a los visitantes se traducía en un infierno burocrático con el que la mayoría se rendía.
El parque pasó de convertirse en una leyenda local a una llamada de atención a la industria entera y un ejemplo de lo que no hacer. La historia fue representada incluso en un documental de Max llamado ‘Class Action Park’, un juego de palabras entre el nombre del parque y la palabra «denuncia» en inglés. Lo cierto es que a pesar de todo fue bastante popular y muchos incluso lo recuerdan con nostalgia. El componente morboso no puede eliminarse de la ecuación, con visitantes quitándole hierro al asunto o siendo atraídos precisamente por el desafío del peligro. Es esto precisamente lo que se discute en el documental, con un viejo empleado afirmando que «La gente venía porque podía hacerse daño».
Lo extraño de todo esto es que el parque logró mantenerse activo hasta 1996, donde después de seis muertes confirmadas y muchas más denuncias y lesiones acabó cerrando. Tuvieron que pasar casi dos décadas hasta que llegara alguien con intención de darle la vuelta a la historia. En 2014 el parque Mountain Creek Waterpark se erigió en el mismo lugar que el original pero llegó con un cambio de nombre, nuevos dueños, nuevas atracciones y mejores medidas de seguridad en un intento de distanciarse de su antecesor.
Imágenes: Class Action Park (Max)
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La noticia
El parque de atracciones más peligroso del mundo existió pero afortunadamente ya no puedes visitarlo. «La gente venía porque podía hacerse daño»
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Miguel Solo
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Escrito por Redacción Terra FM
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