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El software es, en cierto sentido, un ente vivo. Las aplicaciones no mueren una vez se lanzan al mercado, sino que no paran de evolucionar. Lo hacen gracias a las actualizaciones, que son un mecanismo ideal para poder corregir potenciales fallos e ir añadiendo nuevas funciones y características… o quitarlas.
Precisamente estos días un desarrollador llamado Dylan McDonald publicaba en X (antes Twitter) un mensaje en el cual se quejaba de una situación cada vez más común en la App Store de Apple: muchas apps se actualizan, pero al intentar averiguar qué ha cambiado, no dan información.
En lugar de eso se centran en mensajes genéricos como los de la imagen. En el ejemplo se muestran actualizaciones de apps móviles de Google, pero ocurre con muchas más. En ellas suelen aparecer mensajes del tipo «corrección de errores y mejoras de rendimiento», pero sin especificar más.
McDonald se quejaba de que eso es realmente incómodo para él, y trataba de animar a sus colegas desarrolladores a que se tomaran el tiempo de mostrar detalles sobre la actualización.
Otros usuarios contestaban diciendo que si un desarrollador daba detalles de la actualización, eso podía hacer que su app acabara siendo rechazada en la App Store si había algo que no cuadraba a los censores de Apple. McDonald contestaba a su vez indicando que llevaba 10 años haciéndolo y no había tenido problemas jamás con la tienda de aplicaciones móviles de Apple.
No sé si alguno os leéis los detalles de las actualizaciones software de vuestros dispositivos. Yo al menos no suelo hacerlo: tengo tantas aplicaciones instaladas en el móvil y en mis ordenadores que sencillamente «me fío» del desarrollador y confío en que efectivamente está corrigiendo errores y mejorando el rendimiento con cada nueva versión.
Hay ocasiones, eso sí, en las que sí reviso esos detalles para averiguar si una característica novedosa acaba llegando a mi móvil, por ejemplo. No es lo más frecuente, pero sí lo hago de cuando en cuando.
Es cierto que como decía McDonald hay muchos desarrolladores que al menos en la App Store no muestran esa información, pero luego tenemos el otro extremo: hay plataformas y desarrollos que —lógica y afortunadamente— si ofrecen todo tipo de detalles respecto a cada actualización.
Es el caso de Microsoft, que en su web de soporte muestra todos los detalles de cada nueva actualización de su sistema operativo. Tenemos un buen ejemplo en la «pequeña» última actualización de Windows 11, que demuestra que la empresa de Redmond se toma muy en serio la documentación de esos cambios.
El documento de cada actualización es una gran fuente de información para los usuarios, pero sobre todo para la propia Microsoft, que puede mantener así un registro pormenorizado de los cambios.
La información aquí es poder («ipsa scientia potestas est»), como escribió (supuestamente) Sir Francis Bacon en su obra ‘Meditationes Sacrae’ de 1597: puede que para muchos no aporte demasiado, pero todos esos detalles pueden acabar siendo muy útiles, especialmente para los propios encargados de esas actualizaciones.
El problema es que los detalles sobre las actualizaciones no suelen ser especialmente entretenidos. Los textos de estas «notas de la versión» (release notes) son descriptivos, pero a menudo son formales y, reconozcámoslos, aburridos.
Pero cuidado, porque hay (cada vez más) excepciones.
Aunque como decimos hay muchos buenos ejemplos de desarrollos que sí dan información detallada de los cambios entre una versión y la siguiente, el tono es informativo pero puede llegar a ser algo tedioso.
En Slack llevan ya mucho tiempo adoptando un tono muy distinto. De hecho, las notas de las versiones Slack se han convertido en motivo de discusión en Reddit, porque hay quien las odia y quien las ama. Y con razón, porque no parecen notas de versión. O casi no lo parecen.
Tenemos buenos ejemplos en las notas de la versión de la app para Android. En su última actualización, del pasado 18 de septiembre de 2024, la información mostrada es la siguiente:
«Todos los errores que se solucionaron en esta versión eran pequeñas minucias apenas visibles e imposibles de describir de una manera que no nos haga parecer unos auténticos frikis. A pesar de todo, nos hemos manchado las manos, hemos trabajado duro y ahora la aplicación funciona un poquito mejor».
Hay que reconocerle al responsable del texto que al menos tiene una forma divertida de contar que los cambios son tan aburridos que casi es mejor ni detallarlos. Sin embargo eso es un problema, porque aunque el texto pueda ser entrentenido, no ayuda nada a que sepamos qué ha cambiado.
En ocasiones, eso sí, sí ofrecen detalles de una forma distendida y con ese mismo entretenido. Ocurrió con la anterior versión a esa, del 11 de septiembre, y que por ejemplo introducía un cambio en el comportamiento de uno de los botones:
«Hay ciertas cosas que simplemente vale la pena admirar. Por ejemplo, grandes obras de arte, animales en su hábitat natural, una persona intentando aparcar en paralelo… Sin embargo, las URL excesivamente largas no son una de estas cosas. Por eso, queremos disculparnos por no incluir los botones Continuar ni Cancelar en la ventana emergente “Comprueba este enlace”».
Es evidente que para Slack las notas de la versión son más una herramienta de marketing que una destinada a documentar los cambios entre versiones de forma técnica y detallada. Es evidente que ese control detallado lo llevan también a cabo, pero probablemente lo hagan de forma interna.
Aunque hemos señalado a Microsoft o a Slack como ejemplos bastante opuestos de cómo se ofrece la información de las actualizaciones, lo cierto es que la gestión de las notas de la versión es un mundo en sí mismo.
De hecho, tenemos un ejemplo híbrido de los dos anteriores en Discord. Esta empresa trata de darle un tono más entretenido a sus notas de prensa, como por ejemplo ocurrió con la pasada actualización del 28 de agosto. El tono del texto es distendido, pero también muy informativo, así que combinan esa parte de ofrecer detalles sobre los cambios con la de hacer que esa información sea «digerible».
Pero como decimos, hay muchos estilos y ejemplos en los que este tipo de detalles suponen una seña de identidad para las plataformas. Lo contaban en LaunchNotes, que precisamente ofrece servicios de comunicación y organización a empresas y en cuyo blog daban ejemplos diversos de aplicaciones y plataformas con anuncios de notas de la versión especialmente llamativos.
Por ejemplo, en Airtable aprovechan su propia herramienta y organizan la información de sus actualizaciones en una de sus «airtables». En HEY, el cliente de correo electrónico, usan una línea de tiempo visual y descripciones cortas y visuales, y en Notion hacen como los chicos de Airtable y utilizan su propia app para mostrar esa información.
Mientras, en GitHub aprovechan un formato muy visual y potente que es una especie de «Tumblr» adaptado a esa función de ir mostrando los detalles de las notas de la versión de forma concisa.
1Password es otro ejemplo de lenguaje conciso e informativo, y en Stripe la disposición de la información sobre esas actualizaciones es también clara y va directa al grano. En Postmark —una plataforma de emailing— el formato de blog corto y la categorización brillan especialmente.
Hay muchos más ejemplos, pero como vemos aunque hay desarrollos que al menos en la App Store no parecen querer mostrar detalles sobre los cambios realizados, otros muchos lo hacen. Y no solo lo hacen: lo hacen de forma ejemplar.
Lo que decía Sir Francis. La información es poder.
Imagen | Mika Baumeister
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La noticia
Documentar las actualizaciones software tiene mucha miga: bienvenidos al maravilloso mundo de las notas de la versión
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por
Javier Pastor
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Escrito por Redacción Terra FM
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