Cristina Felipe, arquitecta: «Vivo rodeada de estas cortinas, incluso en el baño y en la cocina. Son esenciales para generar bienestar»

La casa de Cristina Felipe (@estudio_crearte) no grita diseño, lo susurra. Nada en sus estancias parece impostado, y sin embargo, todo está cuidadosamente pensado. Y hay un elemento que se repite en cada rincón, como una firma invisible: las cortinas de lino. Livianas, etéreas, imperfectas en su textura y, al mismo tiempo, capaces de transformar por completo la atmósfera de un espacio.

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Desde el salón hasta el baño, pasando por la cocina y los dormitorios, el lino está presente no solo como textil, sino como una declaración de principios. “No es solo una cuestión estética”, explica Cristina. “El lino tamiza la luz, la suaviza en una habitación donde se respira calma”.

En una de las habitaciones, por ejemplo, basta con que entre la luz de la tarde para que las cortinas, ligeramente onduladas por la brisa, proyecten sombras suaves sobre las paredes. Es ese tipo de imagen que no necesita filtros ni estilismos, simplemente ocurre, y basta para sentir que se está en un refugio.

Cortinas de lino como sensación de bienestar

Cristina no se limita a usar lino en el salón o el dormitorio, como cabría esperar. También lo incorpora en espacios menos habituales, como la cocina o el baño. «Vivo rodeada de cortinas de lino, incluso en el baño y en la cocina. Son esenciales para generar bienestar», afirma.

Instagram de Cristina Felipe

En su cocina, las cortinas de lino filtran la luz directa sin apagarla, manteniendo la calidez y permitiendo que la estancia conserve su aire natural. En el baño, en lugar de persianas o estores, eligió lino lavado en tono piedra, que aporta intimidad sin bloquear la entrada de luz. Un gesto pequeño, pero que cambia radicalmente la sensación del espacio.

Para Cristina, el lino tiene algo que no se puede reproducir con otros materiales: su imperfección natural. No cae con rigidez, ni pretende imponerse. Cae como si llevara años ahí, como si fuera parte de la arquitectura misma. Es, en definitiva, un material honesto que respira, se arruga, se adapta a la luz y al uso.

Fotografías | Instagram de Cristina Felipe

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Cristina Felipe, arquitecta: «Vivo rodeada de estas cortinas, incluso en el baño y en la cocina. Son esenciales para generar bienestar»

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por
María Lancha

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