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Antes incluso de que los hermanos Lumiére desvelaran su cinematógrafo, en 1894, una de las primeras piezas audiovisuales de la historia tuvo como protagonistas a dos gatitos boxeando. Ya por aquel entonces el estudio de Thomas Alva Edison era consciente del poder de los mininos, algo que a partir de la llegada de Internet ha explotado convirtiéndose en uno de los pocos elementos intrageneracionales que ha sobrevivido a las guerras culturales. A (casi) todo el mundo le gustan los gatos. Y en Hollywood han tomado buena nota.
La pregunta que más se ha hecho por redes sociales tras ver los tráilers y las fotos promocionales de ‘Un lugar tranquilo: día 1’ ha sido «¿Qué le pasa al gato? ¿Vive o muere?». Hay, de hecho, gente dispuesta a no ver jamás la película si cometen la blasfemia de acabar con el animal. Por más que Michael Sarnoski haya preparado un menú delicioso de terror mainstream con personajes tridimensionales e interesantes que exploran otras facetas del mundo creado por John Krasinski en las dos primeras entregas, todas las miradas están centradas en Frodo. No es casualidad, desde luego: es algo totalmente buscado desde su propia concepción.
En realidad, es lógico que el márketing haya insistido en mostrar al animal casi más que a Lupita Nyong’o y Joseph Quinn. Después de que gran parte de la campaña promocional de la estupenda ‘Anatomía de una caída’ se basara en Messi, su perro, que incluso acabó asistiendo a los Óscar, era lógico que gran parte de la responsabilidad de esta recayera en el minino. Con éxito, ojo: el segundo vídeo de TikTok más visto de junio en su cuenta oficial es uno en el que Schnitzel (que interpreta a Frodo) simplemente está sentado con una pajarita saludando a la cámara con su patita. ¿Cómo desaprovechar esta oportunidad de oro?
‘Un lugar tranquilo: día 1’ podría haber caído en la pornografía de lo cuqui y, despiadadamente, despacharle tras los diez primeros minutos de película para centrarse en la historia sin distracciones. Pero no. Se trata de una cinta tan inteligente que es capaz de marcar todo su tono en base, precisamente, a las distintas apariciones del gato a lo largo de la película: es la propia precuela diciendo al espectador «No te lo tomes tan en serio, déjate llevar, incluso en la tristeza más imposible hay un retazo de alegría».
Por supuesto que no aguanta una revisión irónica (¿Por qué el gato no maúlla? ¿Quién arriesgaría su vida por la mascota de alguien que acaba de conocer?), pero la película se niega tajantemente a ser juzgada de forma cínica, desechando la gravedad de todo lo que ocurre para convertirse, de vez en cuando, en un divertido vídeo de gatitos. Y eso es magnífico.
Sé que hay mucha gente que deseaba encontrar en esta nueva entrega de la franquicia el mismo tono que en las dos anteriores, pero personalmente creo que la película acierta de lleno al centrarse en el contraste entre los terribles acontecimientos que están ocurriendo (y la propia muerte segura de Sam) y el objetivo naíf de su protagonista: seguir viva el tiempo suficiente como para comerse una buena pizza en pleno Apocalipsis. Imposible no sentirse identificado.
Por supuesto, conste, al hablar de ambiente distendido siempre hay que situarlo dentro de la tensión habitual en la franquicia. ‘Un lugar tranquilo: día 1’ continúa siendo agobiante pero su perspectiva humanista consigue quitar algo de presión y añadir una extraña capa de alegría en un mundo condenado. Y Frodo, ayudando a mostrar nuevos aspectos de este universo y simplemente jugando, es exactamente la manera en la que Sarnoski trata de mostrar que, más allá de los monstruos, el silencio y la muerte, hay un mundo repleto de historias que prevalecen que no tienen por qué ser eminentemente depresivas.
Es más: la cámara es tan consciente de que una de las máximas preocupaciones del público va a ser la salud del gato, casi al margen de la de sus dos protagonistas, que tras una escena de acción potente siempre se centra, aunque sea unos segundos, en su bienestar. No comete el error de creer que los espectadores vamos a ser capaz de empatizar o preocuparnos por cualquiera de sus personajes si el gato ha desaparecido. De hecho, que viva o muera es vital para que la campaña de márketing, entremezclada entre los propios fotogramas de la cinta, funcione.
No es algo exclusivo del cine. De un tiempo a esta parte, prácticamente todos los videojuegos han introducido un perro al que el personaje jugable puede acariciar en algún momento dado, fruto del éxito de la cuenta de Twitter ‘Can you pet the dog?’, que desde 2019 recopila estos momentos de gameplay y ha dado a conocer multitud de juegos indies que de otra manera habrían permanecido en el olvido. Publicidad gratis. En el mismo espíritu, desde 2011 existe ‘Does the dog die?’, una página web y app que lista varios trigger warnings (un total de 197, como «¿Hay padres abusivos?» o «¿Alguien toma drogas?») tomando como base la pregunta «¿Muere el perro?».
Al margen de lo que cada cual piense al respecto, su éxito es innegable: la web es visitada por miles de personas diariamente y forma parte muy consciente del éxito de ‘Un lugar tranquilo: Día 1’, una película que incluso desde su campaña de márketing se niega a repetir esquemas y parece considerarse a sí misma más que una precuela, un spin-off de la cinta original, permitiéndose respirar sin el temor de ser comparada constantemente. Y si estáis leyendo con la esperanza de que os diga si Frodo vive o muere, me temo que tendréis que ir al cine a comprobarlo: a cambio os llevaréis una perfecta película estival y la satisfacción de saber que la saga va por buen camino. En tiempos de secuelitis extrema, no es mala señal.
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La noticia
Creo que el gran acierto de ‘Un lugar tranquilo: Día 1’ es el gato: un movimiento de márketing perfecto que, además, marca el tono de la película
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Espinof
por
Randy Meeks
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Escrito por Redacción Terra FM
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