Cómo Super Nintendo World en Universal Japón consigue convertir su experiencia del parque en un videojuego real

Se lo tomaron con calma. Pero tras años siendo una de las principales compañías del entretenimiento gracias a sus videojuegos, en 2021 Nintendo se sumó también al mundo de los parques temáticos con Super Nintendo World, la reciente expansión de Universal Japón dedicada a los iconos de la compañía nipona y un movimiento que tiene tanto sentido que uno se pregunta cómo es posible que no haya pasado antes.

Quizás porque la tecnología aún no estaba ahí. Super Nintendo World no es solo una impresionante recreación del Reino Champiñón, con decorados que parecen sacados de la última entrega de Mario, es también un portento tecnológico que utiliza algunas de las técnicas más vanguardistas que pueden experimentarse hoy en día en un parque de atracciones.

Entre lo analógico y lo digital

Super Nintendo World es un buen ejemplo de lo que se consigue combinando ingeniería llena de efectos prácticos con la experiencia digital de los videojuegos. En la atracción ‘Mario Kart: Bowser’s Challenge’, los visitantes se meten de lleno en un recorrido propio del mítico videojuego, montados en un vehículo que pasa por todo tipo de biomas, de volcanes a una pista debajo del mar, pasando por supuesto por el castillo de Bowser, el volcán, zonas acuáticas… Todo eso mientras visten gafas de realidad aumentada que elevan la experiencia, llenando la atracción de efectos virtuales y haciendo que en cierto punto vean a personajes como Toad o Luigi conducir a su lado.

En Espinof

Si eres fan del terror y de los parques de atracciones, la vuelta de los monstruos clásicos que tiene planeada Universal te interesa

En otras como la nueva atracción de Donkey Kong la experiencia es más la de una montaña rusa tradicional, pero utiliza truquitos para desafiar la concepción que tenemos de ellas, como unos railes falsos que no son a los que realmente se agarra la vagoneta para generar momentos trepidantes de saltos al vacío y de momentos en los que el vehículo se descarrila.

Pero sin duda el elemento que convierte de forma definitiva al parque en un videojuego son las Power-Up Bands, un accesorio opcional pero altamente recomendado por los visitantes. Son pulseras ligeras magnéticas que se pueden comprar en la tienda oficial dentro del parque y con las que los visitantes interactúan con el lugar de una forma más física, desbloqueando secretos o golpeando bloques desperdigados por el parque al más puro estilo Mario para conseguir monedas.

Además de las atracciones, decorados y lugares de restauración, Super Nintendo World está lleno de pequeños easter eggs que desbloquear con la pulsera. Algunos con simpáticos guiños, como una pared que se ilumina cuando la tocas y muestra una imagen del clásico Mario de NES, y otros que están más gamificados. Puedes emprender lo que se llama el «desafío de las llaves» en el cuál coleccionar estas llaves haciendo desafíos sencillos de agilidad y percepción visual que se encuentran en lugares escondidos.

Conectada a una app del móvil, todos los desafíos que vamos haciendo o monedas que conseguimos sirven para sumar una puntuación que nos compara con otros jugadores del parque en una tabla de clasificación. Es un sistema que da un valor diferencial a la experiencia tradicional de los parques temáticos y homenajea las raíces de estos personajes. ¿Hay que ir a Japón para vivirlo? Hasta hace muy poco sí. A finales del año pasado la experiencia llegó a Universal Studios Hollywood, y con Universal Epic Universe en el horizonte, se ha planteado replicar la región también en el nuevo parque de Orlando.

Imágenes: Universal

En Espinof | Casi tenemos ‘Tiburón’ en la vida real. Un turista se vio cara a cara con el escualo mecánico en Universal Studios

En Espinof | En los 2000 la gamberrada definitiva de Garfield fue bajarle el calentón a los jóvenes que querían disfrutar de su «túnel de su amor»

–
La noticia

Cómo Super Nintendo World en Universal Japón consigue convertir su experiencia del parque en un videojuego real

fue publicada originalmente en

Espinof

por
Miguel Solo

.