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Ryan Murphy e Ian Brennan han vuelto a sumergirse en el género del terror y el true crime con la tercera temporada de su exitosa antología, ‘Monstruo: La historia de Ed Gein‘. La nueva entrega de la serie de Netflix, protagonizada por Charlie Hunnam, revive en sus últimos episodios los crímenes del llamado “Carnicero de Plainfield”, un asesino en serie y profanador de tumbas cuya historia real inspiró clásicos del cine como ‘Psicosis‘ (), ‘La matanza de Texas‘ (1973) o ‘El silencio de los corderos‘ ().
A través de una atmósfera opresiva y un relato que se mueve entre la realidad y la ficción, la producción reconstruye la vida de Ed Gein, un hombre marcado por los abusos familiares, la soledad y la obsesión enfermiza por su madre, Augusta. Desde su infancia en una granja aislada de Wisconsin hasta su descenso a la locura, la serie muestra cómo sus traumas y su deterioro mental lo llevaron a cometer actos atroces.
Será mejor no continuar si sois de estómago sensible y si preferís evitar los spoilers de la serie
En el momento en el que fue detenido, Ed Gein llegó a confesar haber asesinado a dos mujeres -Mary Hogan en 1954 y Bernice Worden en 1957-, además de profanar cerca de cuarenta tumbas en el pequeño pueblo de Plainfield, en Wisconsin. Con los restos humanos que exhumaba fabricaba muebles, máscaras, ropa y hasta un traje completo hecho de piel humana, dando pie a una figura que ha inspirado todo tipo de historias terroríficas.
Parte de los orígenes de esta historia se remontan a la infancia que tuvo, con una madre que fue una figura dominante y represiva y que le inculcó la idea de que las mujeres eran pecadoras, un adoctrinamiento que dejó una huella profunda en su psique. Tras su muerte, Gein cayó en una espiral de aislamiento, obsesionado con los criminales nazis y con recrear el cuerpo de su madre a partir de las víctimas que encontraba.
Cuando fue arrestado, la policía descubrió en su casa un verdadero museo del horror. Los investigadores encontraron cráneos convertidos en cuencos, lámparas hechas con piel humana y una máscara femenina elaborada a partir de rostros humanos. En el juicio, fue declarado no apto para enfrentarse a los cargos que se le imputaban debido a su diagnóstico de esquizofrenia y pasó el resto de su vida internado en instituciones psiquiátricas.
A lo largo de sus ocho episodios, ‘Monstruo: La historia de Ed Gein’ nos cuenta lo que ocurrió con Ed Gein, una historia marcada por asesinatos, profanación de tumbas y una obsesión enfermiza con su madre que sirvió de inspiración para algunos de los personajes más escalofriantes del cine.
‘Psicosis’, la novela de Robert Bloch llevada al cine por Alfred Hitchcock, fue la primera obra que tradujo los horrores de Gein en una historia de ficción. En la serie, una subtrama sigue el proceso creativo del director británico y su relación con el actor Anthony Perkins, que interpretó al inolvidable Norman Bates. Hitchcock quedó fascinado por el caso Gein tras leer los titulares sobre el “Carnicero de Plainfield”, y esa fascinación se transformó en uno de los thrillers más influyentes del siglo XX.
Además, este asesino también dejó huella en el cine de terror estadounidense de los setenta. Tobe Hooper, director de ‘La matanza de Texas’, admitió haberse inspirado en las macabras noticias que escuchaba de niño sobre el granjero de Wisconsin. El personaje de Leatherface, con su máscara de piel humana, nació directamente de los crímenes de Gein, aunque Hooper añadió la motosierra después por pura coincidencia -se le ocurrió la idea un día en una ferretería abarrotada de gente-.
Por otro lado, también se menciona cómo Gein inspiró ‘El silencio de los corderos’. Buffalo Bill, el asesino que confecciona un traje con piel de mujeres, es otro reflejo de la realidad real y Jonathan Demme, director de la película, reconoció que la figura de Gein fue un punto de partida clave para crear al personaje, aunque su desarrollo psicológico se alejó hacia terrenos más contemporáneos.
También se habla de la relación sentimental que tuvo con una mujer llamada Adeline Watkins -aunque no fue tan extensa ni romántica como se muestra en la serie-. Ella llegó a describirlo en una entrevista como un hombre “amable y dulce”, pero más tarde se retractó, afirmando que apenas lo conocía. Y es real también que trabajó cuidando niños, aunque no hay pruebas de que los llevara a su casa, como sugiere la serie.
En cambio, varios pasajes del relato son fruto de la invención, como el asesinato de su hermano Henry -que nunca se comprobó, porque la versión oficial dice que murió por asfixia durante un incendio-, ni tampoco existen evidencias de que Gein matara a dos cazadores, a una niñera o a una enfermera durante su internamiento. De igual forma, la escena final en la que colabora con el FBI para atrapar a Ted Bundy es pura ficción: cuando Bundy fue detenido en 1978, Gein llevaba más de veinte años recluido.
De esta manera, entre la fidelidad histórica y la invención, la serie construye un retrato que va más allá del terror, planteando una reflexión sobre el límite entre la locura, la culpa y convertir el horror en un mito.
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La noticia
‘Monstruo: La historia de Ed Gein’, qué es verdad y qué no en la violenta serie de Netflix sobre el Carnicero de Plainfield
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Espinof
por
Belén Prieto
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Escrito por Redacción Terra FM
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