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En su turistificación acelerada Madrid ha dado un paso más: convertir locales comerciales del centro en baños de pago

today12 de febrero de 2025

En su turistificación acelerada Madrid ha dado un paso más: convertir locales comerciales del centro en baños de pago
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En su turistificación acelerada Madrid ha dado un paso más: convertir locales comerciales del centro en baños de pago

En su turistificación acelerada Madrid ha dado un paso más: convertir locales comerciales del centro en baños de pago

La turistificación moldea las ciudades. Eso no es nuevo. Ni nada que no hayan experimentado en sus carnes calles los residentes de las ciudades con mayor flujo de visitantes, como Barcelona, Madrid o Palma, por citar solo un puñado de ejemplos. Aumenta el alquiler vacacional, que tira hacia arriba de los precios de la vivienda, contribuye a la gentrificación de los barrios más céntricos y redibuja el comercio y la hostelería, como ya ha reconocido Málaga.

En Madrid ese proceso amenaza sin embargo con algo más: hacer que la ciudad se parezca en cierto modo a un festival de música. Por lo pronto ya tiene unas cuantas consignas para viajeros y locales comerciales reconvertidos en aseos.

Un baño privado… y algo más. Las tendencias (y la turistificación de una ciudad lo es) se cocinan a ‘fuego lento’, con el paso del tiempo y por acumulación. Pero eso no quita que de vez en cuando nos encontremos con casos concretos que destaquen por su valor simbólico. Representan. Personalizan. Madrid acaba de dejar un ejemplo claro. Allí, en una de sus zonas más céntricas y turísticas, acaban de reconvertir una antigua sucursal bancaria en unos aseos.

El caso lo comentaba hace poco en X Antonio Giraldo, urbanista y edil socialista en Madrid, y no ha tardado en llamar la atención de las redes y medios. Cerca de la Plaza Mayor, uno de los puntos más turísticos de la capital, acaba de abrir un negocio peculiar: unos baños privados a pie de calle a los que se puede acceder previo pago de un euro. El negocio ocupa un bajo en la Plaza de San Miguel.

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¿Por qué es importante? Por lo que es. Y también por lo que representa. En Street View puede verse que hace unos años ese mismo bajo lo ocupaban las oficinas de un banco. Hoy es un aseo privados a pie de calle, con un enorme cartel de ‘WC’ en la cristalera, un torno de acceso, un lector para el pago con tarjeta, un cartel con el precio y todo lo demás que cabría esperar en un aseo: cubículos, inodoros, papeleras, dispensadores de papel higiénico, lavamanos… elDiario.es precisa que el local cuenta con 273 m2, aunque en realidad son dos locales y uno todavía está cerrado.

El negocio no hace distinciones y a los aseos pueden pasar tanto vecinos como turistas previo pago de un euro, pero en este caso el dónde importa casi tanto como el qué. El negocio ha abierto en un punto muy turístico, a la salida del Mercado de San Miguel, cerca de la Plaza Mayor. De hecho a solo unos minutos a pie de allí hay varios aseos públicos, parte de la red de 129 baños de acceso libre cuyo mantenimiento —aclara el Ayuntamiento— se costea gracias a la publicidad.

Dos enfoques, dos públicos. Tanto antes, cuando era una oficina del BBVA, como ahora, reconvertido en un WC al que se puede acceder pagando, el local se empleaba para básicamente lo mismo: ofrecer servicios. Muy distintos, cierto; pero servicios al fin y al cabo. La gran pregunta es… ¿Quién usa una sucursal bancaria y quién un baño privado? Esa clave es la que deja botando el propio Giraldo en X.

«Sí, una oficina bancaria da servicio a los residentes, especialmente a la gente mayor. No critico los baños, critico la transformación de los comercios hacia servicios orientados al turista en detrimento de los madrileños en esa zona. Tiendas de souvenirs, tours, casilleros…», advierte el concejal. Habla de Madrid, pero no es algo excepcional. Ni Madrid es la única ciudad que experimenta ese fenómeno.

«Disminuye la calidad». En un documento oficial en el que reconoce que la ciudad está alcanzando «niveles de saturación sin precedentes», el Ayuntamiento de Málaga habla de esa misma realidad. Y en tono muy crítico.

«El turismo masivo puede llevar a la proliferación de establecimientos gastronómicos de baja calidad, deteriorando la experiencia tanto para turistas como locales», recoge el informe antes de advertir del riesgo de «la expulsión de negocios autóctonos y de valor añadido, reemplazados por tiendas de souvenirs y otros comercios orientados a turistas». No es nada que no hayan vivido grandes destinos como Ámsterdam.

Aseos privados y algo más. El caso de los aseos ha suscitado interés en parte también por quiénes han impulsado el negocio, pero no es el único ejemplo de espacios que el turismo ha ido haciendo suyos en las calles de Madrid.

En el centro de la ciudad pueden encontrarse un buen número de tiendas de souvenirs y negocios de consignas claramente enfocados a viajeros. De hecho ya hay cadenas centradas en ese servicio que se expanden por las capitales más visitadas del país, como Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga. También comercios que facilitan el check-in en pisos de Airbnb.

Un impacto desigual. La hostelería tampoco es ajena a esa tendencia. En 2024 Fedea publicó un informe que analiza el impacto que la conversión de edificios históricos en hoteles tiene en su entorno. Y su lectura resulta agridulce. El estudio constató que los nuevos alojamientos tienen «un efecto positivo» en el comercio y empleo del barrio e incluso habla de una «revitalización económica significativa». Eso sí, no todos los perfiles de negocio salen favorecidos.

«El impacto positivo no es homogéneo. Las actividades relacionadas con el turismo y el sector servicios, como restaurantes, tiendas de moda y souvenirs, se ven beneficiadas, mientras que las industrias tradicionales se han visto desplazadas del centro de las ciudades», resume.

El estudio constata también que la apertura de hoteles en las ciudades favoreció sobre todo a los negocios con sociedades detrás frente a los autónomos. De hecho habla de un «desplazamiento de bares y restaurantes» locales en favor de las cadenas, los negocios con una «mayor envergadura».

La vivienda, gran protagonista. Si hay un frente en el que la turistificación se sienta de forma especialmente clara es el de la vivienda. A finales de 2024 el INE contabilizaba en Madrid casi 17.300 viviendas turísticas, de las que alrededor de 7.300se aglutinaban en la almendra central, el ‘Distrito 1’. Y en 2013 Fravm aportaba datos de Airbnb que sugerían que al menos en esa plataforma la oferta local podría ser bastante mayor. Sea o no así, lo cierto es que el Ayuntamiento ha tomado medidas para controlar la oferta.

No es el único. Medidas similares, en un sentido u otro, más o menos rotundas, pero siempre encaminadas a atajar la expansión descontrolada de los pisos turísticos, han adoptado también en Barcelona, Valencia, Málaga o Santiago. La propia Moncloa presta una atención especial al tema. Al fin y al cabo el arrendamiento vacacional no solo drena oferta residencial. Hay estudios que corroboran que encarece la oferta tradicional, haciendo que suba más de un 30%.

Imágenes | Manuel M.V. (Flickr) y Help Stay (Unsplash)

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La noticia

En su turistificación acelerada Madrid ha dado un paso más: convertir locales comerciales del centro en baños de pago

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Xataka

por
Carlos Prego

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Escrito por Redacción Terra FM

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