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Aunque no deje de ser un fenómeno mucho más de nicho de lo que a muchos nos gustaría que fuese, no cabe duda de que ‘Longlegs’ se ha convertido, por méritos propios, en uno de los estrenos más anticipados del curso cinematográfico 2024 y en una película que lleva ocupando buena parte de la conversación de los parroquianos desde que arrancó su fantástica y acertada campaña promocional.
Tras meses de goteo de imágenes, retorcidos tráilers y protección con recelo de la apariencia de Nicolas Cage como el grotesco villano titular, lo nuevo de Oz Perkins ha cumplido con creces con las expectativas; brindándonos un par de horas sobrecogedoras con una factura técnica y artística tan sólidas como su tensa y enigmática narrativa.
Está claro que ‘Longlegs’ juega en esa liga de largometrajes que prefieren no darlo todo masticado, incluyendo un último acto que huye de servir respuestas concisas para dejar algunos de sus elementos a juicio del espectador; lo cual ayuda a que su turbio thriller con poso satánico-sobrenatural siga rondándonos la mente varios días después de su visionado.
Para aclarar algunas de las claves de la película, su director se ha sentado con Variety en una entrevista interesantísima en la que ha arrojado algunos ángulos sobre el proceso creativo y conceptual, dejando claro que se toma todo mucho más a cachondeo las cosas de lo que podría parecer si tenemos en cuenta las imágenes que se suceden en pantalla y la densidad de la atmósfera que impregna el relato.
Por supuesto, a partir de este punto hay spoilers de ‘Longlegs’, así que continúa leyendo bajo tu propia responsabilidad.
Como no podría ser menos, una de las grandes incógnitas sobre la película gira en torno al origen de su psicópata titular. Lejos de estar creado para la ocasión, Longlegs estuvo guardado en el cajón de Oz Perkins hasta que apareció la historia perfecta para él.
«Longlegs era un personaje que había tratado de encajar en otros proyectos en los que había trabajado. Cuando escribes todo el tiempo y generas guiones y nadie te paga o no tienes material fuente, te estás inventando cosas todo el tiempo. Terminas con un universo de cosas que están dando vueltas, y tratas de sacarlas y ubicarlas. Longlegs era una entidad, este desaliñado… ¿es un payaso de cumpleaños? ¿Es un titiritero? ¿Tiene peluches? ¿Pianos pequeños?
Empiezas a preguntarte sobre esta persona que se acerca a tu hijo en su cumpleaños y tú estás en otra habitación y no sabes que están interactuando y eso es raro. No secuestra a los niños porque ya hemos visto eso mil veces. Él les habla. Empiezas a tener curiosidad por eso. Cuando decidí que iba a intentar hacer un procedimiento de asesino en serie que iba a ser otra cosa, necesitaba un villano. Longlegs dijo: ‘Lo haré’. En tu cajón de ideas, una de ellas dice: ‘Sácame, entrenador’. Y allí va Longlegs».
¿Y qué hay del título de la película? Su director y guionista defiende el peso, la sonoridad y la sensación que transmiten ciertas palabras, y Longlegs evoca ciertos sentimientos que se ajustan perfectamente a la cinta.
«A los escritores simplemente nos gustan las palabras. Nos gusta cómo suenan y se ven y la forma y sensación que transmiten ciertas palabras. Sí, tiene un aspecto de araña patilarga y un toque de espeluznante, pero también me suena a los años 70, casi como una canción de Led Zeppelin o algo que alguien tendría en el lateral de su furgoneta, algo así de chulo. Parece una palabra vintage que la gente no usaría mucho hoy en día. Puso la película en un lugar extraño. No llegas a comprenderlo completamente. No encaja del todo, lo cual es más atractivo para mí y genera curiosidad, que creo que es importante».
En cuanto al gusto de Perkins por el mundo del satanismo, en el que ya se sumergió en su debut ‘La enviada del mal’, el cineasta apela al atractivo del concepto mientras, al mismo tiempo, se desliga totalmente de cualquier atisbo de seriedad.
«Todo este culto barroco del diablo, no es que no lo tome en serio; para mí, es solo decoración. Es como cosas de Halloween, con la gente disfrazándose. Es solo ceremonia y pompa y circunstancia y música y celebración y rareza. Son todas las cosas que quiere ser el género de terror, una exploración de lo que no entendemos. Eso es muy intrigante y atractivo. Sólo intenté hacer algo que fuera notable y disfrutable, especialmente para un público habitual del terror. Estos espectadores aguantan muchas cosas malas y las soportan porque lo necesitan; necesitan su dosis de horror. Pero de vez en cuando quieres darles algo que esté un poco más cuidado y elegido para ellos».
De igual modo, Perkins quita hierro a la religión, que tiene un peso específico en la cinta a través de la madre de la protagonista que, no de forma casual, viste de monja cuando entra en acción.
«No soy religioso. No me tomo la religión ni en serio ni a la ligera; no es mi trabajo decirle a la gente lo que debe creer o sentir o adónde debe ir para sentirse más segura o culpable o lo que necesiten. Simplemente, creo que a veces es algo gracioso que la gente sea devota. La gente es divertida, ¿verdad?
Todos vamos corriendo a toda velocidad a hacer nuestras cosas tratando de mantenernos a flote. Incluso Ruth Harker se ríe al final de esa noción de las oraciones. Como, ¿oraciones? Todo el mundo está rezando. Todo el mundo en Oriente Medio está rezando todo el tiempo. Y luego usando cosas de la Biblia, simplemente tiene buen lenguaje. La Biblia tiene un lenguaje increíblemente loco y raro. ‘Una bestia que sale del mar con 10 cuernos y cabezas y coronas’. Es genial. No quiero ser inmaduro, pero la Biblia tiene muchas palabras divertidas y tontas que son útiles si eres un escritor que solo busca palabras».
Está claro que, más allá de su enigmático cierre —en el que entraremos un poquito más tarde—, puede que el aspecto más difuso de ‘Longlegs’ sea el funcionamiento de sus muñecas. Pero si esperas que Perkins desvele cómo funcionan esa suerte de vasijas contenedoras del mal, puedes hacerlo sentado.
«Sí [sé como funcionan], pero no lo diré. Es parte de la jugada del diablo. ¿No sería algo asombroso si llevaras una muñeca a la casa de alguien y volviera a todos locos? Eso es algo divertido y raro. Es casi como, ‘La jodiste y lo dejaste entrar. ¡No tenías que firmar! Solo porque te lo traiga una monja no significa que debas dejarla entrar a tu casa con eso’. También tiene esa vibra de ‘te lo hiciste a ti mismo’, que creo que es algo divertido».
Otro de los grandes elementos de impacto de la película es la decisión de acabar con la vida de Longlegs mucho antes de lo esperado en este tipo de thrillers, y el director tira de referentes para explicar lo que querían transmitir con este salvaje giro de los acontecimientos.
«Éramos conscientes de nuestras referencias y queríamos crear una pieza de pop-art. Las veces que pudiéramos imitar o robar un movimiento de una de las grandes películas de asesinos en serie, queríamos hacerlo. Eso es simplemente de Seven. Creo que Kevin Spacey tiene tres o cuatro escenas, ¿verdad? Se entrega, está en el asunto y luego está en el coche y está el final. Siempre está presente, lo cual también teníamos con Cage, como una presencia de esta cosa, pero una vez que llegas al tipo, es casi anticlimático. Por supuesto, se vuelve muy climático en ‘Seven’, pero me encanta el hecho de que John Doe se entregó. Queríamos más o menos… ‘robar’ no es la palabra correcta… ‘tomar prestado’ es más cercano a lo que estábamos haciendo».
Y, ahora sí, para terminar Oz Perkins explica la razón de ser de un final que, lejos de ser feliz, deja caer que la agente Harker está condenada a seguir batallando con sus demonios —internos y externos— después de volar la cabeza de la última muñeca de Longlegs.
«Ese siempre fue el final. El final estaba destinado a ser trágico. El diablo gana de nuevo a pequeña escala. Una de las cosas divertidas de usar al diablo como tu villano es que el diablo nunca busca la dominación mundial. El diablo siempre siente que ‘solo voy a joder a esta persona, arruinaré a esta familia, joderé a este niño, atormentaré a este sacerdote’. Nunca llega al punto de ‘me voy a comer el Vaticano’. Para mí, el diablo nunca llega a ese punto. El diablo es un poco más divertido y juguetón que eso. La historia de Lee Harker termina con el final de la película. El último disparo que hace es lo peor que le puede pasar».
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La noticia
El director de ‘Longlegs’ explica el final y las claves del thriller de terror del año, del ángulo satánico-religioso al funcionamiento de las enigmáticas muñecas
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por
Víctor López G.
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Escrito por Redacción Terra FM
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